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Afecto. Necesidad primaria del ser humano.

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                                                Fuente: Bernabé Tierno; "Optimismo Vital".

El afecto es una necesidad primaria del ser humano imprescindible para su supervivencia.
Además de alimento, agua y oxígeno, necesitamos sentirnos queridos y cuidados
Sin una cantidad suficiente de afecto ( ayuda), el ser humano enferma y muere.
En la más completa soledad el hombre no consigue llegar al umbral de la supervivencia.
El afecto necesario para sobrevivir no es igual en todas las personas ni en todas las edades.
 Los niños, los ancianos, los enfermos, las personas inseguras, frágiles y vulnerables, también necesitan más cantidad de afecto para vivir saludablemente.
Es muy gratificante dar afecto. El saber que gracias a nosotros, otras personas se sienten bien por recibir nuestro afecto es inmensamente gratificante.





Sin embargo, la biopsicología afirma que todo acto de afecto, amor, cariño y ayuda significa una pérdida de energía para quién lo proporciona.
Por ello, es muy importante que además de dar afecto, lo recibamos también de los demás.
Hay personas muy dotadas para ayudar, dar cariño y afecto. Y estas personas pueden llegar a enfermar si únicamente dan y no reciben nada a cambio.





La biopsicología se ocupa de las relaciones afectivas y su incidencia sobre nuestra salud. 
Pone de manifiesto que hay ciertas enfermedades cuyo origen se desconoce, como la hipertensión, el cáncer  o el infarto, que no se producen espontáneamente ni tienen su origen en el propio enfermo, sino que están causadas por agentes biológicos externos que no hemos sido capaces de ver porque están causadas por las personas con las que convivimos.





El esposo, esposa, hermano... con mucha necesidad de ayuda, termina causando la enfermedad en la persona que ofrece su afecto en exceso sin recibir nada a cambio.
El desgaste físico y emocional de estas personas mantenido durante mucho tiempo acaba enfermándolas.
Es difícil aceptar el hecho de sentirnos responsables de las enfermedades de las personas que nos rodean, pero es la verdad y lo que afirma la biopsicología actual es que quien da permanentemente y no recibe en la misma medida en que da y no se recupera, puede enfermar.





¿Cómo podemos recuperar la energía perdida por dar afecto y cuidados de manera permanente e intensa?
La forma más rápida es la convivencia con personas positivas, con alta autoestima, con tendencia a ver lo mejor de los demás, a no ser tremendistas. Personas que ven soluciones dónde otros ven problemas. Empáticas, solidarias, con gran deseo de dar, de ayudar y contagiar su gozo por vivir. Con gran capacidad de encajar los reveses y golpes que da la vida,  personas positivas.
Estas personas buscan el contacto físico entre personas: besos, caricias, abrazos...
Está demostrado científicamente el beneficio del contacto físico piel con piel
Cuándo nos tocamos y acariciamos, unos corpúsculos llamados tactorreceptores envían impulsos nerviosos a través de la médula y se producen respuestas cerebrales como liberación de adrenalina, endorfinas y otras sustancias reguladoras de la tensión arterial, etc... Se ponen en marcha procesos biológicos de adaptación que favorecen el equilibrio orgánico.






En un masaje profundo se dilatan los vasos superficiales, con lo que disminuye la tensión arterial. Aumenta el transporte de oxígeno a los tejidos. Mejora el drenaje linfático
Se eleva el nivel de endorfinas en sangre y reduce los niveles de cortisol y epinefrina, hormonas relacionadas con la producción de estrés.
Se refuerza el sistema inmunológico.
La curación por medio del tacto es tan antigua como el ser humano y la ciencia actual reconoce el beneficio del contacto entre las personas y el intercambio de energías que se producen entre quienes se tocan.
Por ello, el abrazo es terapéutico y nos hace recuperar las energías perdidas.
El abrazo nos permite de forma rápida y eficaz activar emociones positivas, recuperar el equilibrio y establecer vínculos afectivos con los que nos rodean.
Cura heridas profundas , nos hace recuperar la seguridad, la confianza en nosotros mismos, la alegría.





Al dar un abrazo recibimos otro y recargamos nuestra energía, no la perdemos. se produce una mutua descarga de energía positiva.
Cuándo no encontramos las palabras adecuadas... el abrazo tiene su propio lenguaje: "Lo siento"; " cuenta conmigo", " aquí estoy", "perdóname"...
El abrazo nos da seguridad, confianza, valoración positiva. sentimos que pertenecemos a un grupo humano que nos quiere, valora y protege.





Se dice que necesitamos:
   - cuatro abrazos al día para sobrevivir.
   - ocho abrazos para mantenernos bien.
   - Doce para crecer y potenciar nuestra energía positiva. 


                                                 Francisco Céspedes y Armando Manzanero: "No sé tú"


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1 comentarios

  1. Hola di un abrazo de pesame a una sra muy buena que perdio a su esposo y despues me senti mareada me puede decir por que paso eso?

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