Bienvenid@ a mi mundo !

Regalo de Navidad.

By 13:32 ,

Entro en el local y me coloco en el centro de la barra. Uno de los pocos sitios que quedan libres. Me gusta mucho.
Hay vistas a la calle y puedo disfrutar del sol del mediodía mientras veo pasar gente.
Grupos de hombres y mujeres se disponen a celebrar la comida de Navidad con amigos y compañeros de trabajo.
Ataviados con sus mejores galas, peinados de peluquería, taconcito, corbata... pasan de un lado a otro de la calle entre risas y jolgorio.


Pido una copa de mi vino favorito. De vez en cuándo me gusta estar sola, abstraerme, disfrutar de la soledad. Observar la bulliciosa vida a mi alrededor, imaginar quién es uno, quién es otro, ver reir a la gente, observar cómo se mueven, comen, gesticulan...
Sigue asombrándome que a estas alturas a algunos les parezca extraño que una mujer esté sola en una barra de bar más de 10 minutos, disfrutando de su copa de vino tranquilamente, pero es así, doy fe.
El camarero es el primero en extrañarse y sentirse incómodo e interrumpe mi silencio.


Me pone un plato de almendras que no he pedido y me da conversación. Sonrío, respondo amablemente y tomo una almendra entre los dedos. me pregunto por qué diablos tengo que tomar almendras fritas si no me gustan nada... pero no digo ni mú.
Paseo la mirada de derecha a izquierda y... allí estaban sus ojos, clavados en mí de nuevo.
No era la primera vez, pero aquel día fue especial.


Como si en medio del bullicio y la alegría del aperitivo de Diciembre, hubiese dos burbujas, la suya y la mía, queriendo conectar.
Sentí algo especial, de nuevo.
Me armé de valor y decidí acercarme.


Siempre la ví tan sola, frágil, elegante, bella, con una clase y estilo fuera de lo común. Siempre quise conocerla.
Coincidimos en varias ocasiones. Nuestras miradas se cruzaron, pero jamás hablamos, ni siquiera intercambiamos un saludo o una sonrisa, sólo nos miramos.
Mis piernas caminaron hacia ella sin pensarlo demasiado. Aquel lugar lleno de gente, bullicio, brindis, sonrisas... parecía el sitio perfecto para acercarme y preguntarle su nombre.
Creo que enrojecí, aunque no soy tímida.


Sus profundos ojos grises me miraron confusos. No se lo esperaba, no supo que responder...
Dos mujeres solas, una en cada extremo del local, ajenas a la celebración de los demás, vivencias opuestas, generaciones distintas, diversos problemas...
Así fue como nos conocimos.


Yo necesitaba tu experiencia, tu consejo, tu calor, tu ayuda, tu apoyo, el roce y caricia de tus manos ya arrugadas.
Siempre tuve especial conexión con las personas mayores y hace meses que en mi frente llevaba escrito: - "Te estoy buscando".


Ha sido mágico encontrarte, reconfortante, maravilloso. has aliviado mi soledad y el profundo vacío que mamá dejó en mi alma cuándo se fue, llevándoselo todo.
Has dado calma a mi corazón "polvorillas" e impaciente.
Contigo puedo hablar de la vida, de la muerte, del futuro, del ayer...


Eres moderna, inteligente, original, despierta, no te escandalizas por nada de lo que te cuento... Y mira que te cuento.!!!
Me das buenos consejos, me animas y ayudas a poner en orden mis ideas. Me regañas si digo tacos cuándo me enfado...


Estoy convencida de que eres mi regalo de Navidad.
Quizás sea cierto eso que decían y yo no podía creer por mi pelea con el más allá...
Quizás seas un ángel que mamá envió a su hija para mostrarle el camino.
Gracias!!!

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