Casualidades.
Las cosas mejores que he tenido en mi vida llegaron a ella por casualidad, sin buscarlas, sin intuirlas, por sorpresa, sin avisar.
La vida está llena de deliciosas casualidades y esta ha sido una de ellas.
Quién me iba a decir a mí que esa noche un nuevo mundo iba a abrirse a mis ojos...
Hace tiempo que buscaba colaborar con la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Pretendía echar una mano en lo que hiciese falta, ya que he vivido lo duro de esta enfermedad y sé lo mucho que una mano amiga puede ayudar en los momentos difíciles.
Que te escuchen ayuda, que te abracen, acaricien y acompañen ayuda, no sentirte solo ayuda...
Y yo estaba dispuesta a ayudar en la medida de mis posibilidades, así que solicité ser voluntaria y tras contestar amablemente a mi solicitud, me dieron largas, diciendo que me llamarían cuándo se abriese de nuevo el proceso de selección.
Pensaba que sobraría gente como yo, dispuesta a echar una mano y dedicar horas a ayudar a toda esa gente que pasa por momentos tan duros y... no es así. He conocido gente con el carnet de voluntario a la que no han llamado ni una sola vez, cuándo lo cierto es que hay muchas familias que agradecerían poder ir a dar un paseo mientras alguien se queda acompañando a su familiar hospitalizado, o ir a realizar alguna gestión urgente, o tomar un café con alguien que le escuche y comprenda y que haya pasado por lo mismo. Alguien que les lea un libro o les de conversación y les distraiga en los momentos del duro tratamiento, o después...
Algo no funciona cuándo quieres colaborar y te lo impiden...
El factor casualidad, una vez más en mi vida jugó un papel importante.
La Presidenta de la Asociación contra el cáncer de una Junta Local de la pedanía murciana de Zarandona me invitó a asistir a una cena benéfica que cada año organizan para recaudar fondos destinados a la AECC.
Decidí asistir y allí empezó todo.
Desde el primer momento pude ver el entusiasmo con el que trabajan estas mujeres dedicando mucho tiempo y esfuerzo a la lucha contra esta enfermedad.
Cada una tiene su motivación personal, pero en todas se observa a simple vista la pasión que ponen en su trabajo dedicando su tiempo a los demás con la sonrisa siempre puesta.
Quise ser una de ellas y lo conseguí.
Aquella noche escuché atentamente la historia de cada una de aquellas mujeres luchadoras y entregadas y los ojos se me llenaban de lágrimas.
Emocionada, conmovida, reconfortada. Cómo me hubiese gustado conocerlas antes, en los momentos más duros!!!
Lo bueno, si se comparte, es el doble de bueno y lo malo, si se comparte, es la mitad de malo. Esta máxima se cumpla siempre, a rajatabla.
Ya sabía que los buenos propósitos son necesarios, pero a menudo, no suficientes para sacar adelante proyectos y cubrir necesidades. Hace falta dinero. Y ...
Mi mente, que no para... Esa misma noche imaginó un calendario con todos esos hombres y mujeres luchadores, que derrotaron o están intentando derrotar a esa terrible enfermedad.
Supuse que sería una buena manera de conseguir fondos para la AECC y dar a esos luchadores y luchadoras un merecido homenaje.
Gracias al esfuerzo de muchas personas. Gracias a que los astros se alinearon y el viento sopló a favor... Se produjo el milagro.
Ha sido una experiencia inolvidable para todos los que hemos formado parte de este proyecto.
Las labores preparatorias, la sesión de fotos, con vestuario y maquillaje incluido. Elegir el escenario, la luz...
Poner de acuerdo a tantas personas, la imprenta en fechas navideñas, el fotógrafo, el local...
Este calendario milagro ha visto la luz en menos de dos semanas desde que se tomó la decisión de sacarlo adelante.
Compartí la idea en mis redes sociales y... en menos de 1 hora, un seguidor de Gijón tuvo a bien donar 1000 euros para financiarlo.
Por lo cual, todo el dinero que se recaude con la venta del calendario, irá destinado íntegramente a la AECC.
Los milagros y las casualidades existen!!!
Quiero en mi vida para siempre a esta colección de hombres y mujeres luchadoras que son un ejemplo de entereza, positivismo y superación a pesar de las dificultades.
El cáncer nos toca a todos. Rara es la familia a la que no salpica esta terrible y dura enfermedad, pero, la lucha es la regla. Hay que luchar, ponerse en buenas manos y no dejarse vencer.
Mi admiración a estos luchadores y luchadoras que me han permitido vivir una de las experiencias más emocionantes e inolvidables de mi vida.
Elena, Fina, Paco, Susana, Santi, Carmina, Salva, Eva, Pilar, Jose, Ángel, Encarnita, Cristóbal, Felisindo, Adelina...
Muchas gracias a todos!!!
Este calendario acompañará todos los meses de mi nuevo año. Cuándo vengan los momentos duros, me pondré enfrente y observaré el aura de todos los luchadores, su sonrisa y el brillo especial de sus ojos y... Lo malo pasará, estoy segura.
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